Carta abierta a los que quieran hablar
Debo confesar que ayer lloré acostado pensando en que después de treinta años a Julio López posiblemente lo hayan torturado de nuevo. ¿Qué sensación volvió del pasado y recorrió su piel?. No soy capaz de imaginar que pudo pasar por su mente cuando alguien se lo llevaba a la fuerza. Me doblega pensar en qué cosas le susurraron al oído.
Sin Julio no hay presente posible, no hay futuro de cambio, no hay margen en el río ancho. Ni el estado, ni el gobierno, ni la nevada maravillosa de los otros días y mucho menos la nevada mortal del “Eternauta” van a ser capaces de que las cosas cambien; no existirá nunca una figura individual, un héroe capaz de llevar a cabo una transformación colectiva. “el único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, el héroe solo” escribiría antes de desaparecer Oesterheld. No somos capaces de cambiar las cosas solos, no tenemos la fuerza, ni la inteligencia, ni la mano tan pesada.
Un año sin Julio López.
¿Cómo dejar de llorar y hacer algo?
Algunos dicen que no hay posibilidades de cambiar ciertas realidades sociales, que pensar en un cambio sustancial en esta época es imposible. Y yo digo que son cosas imposibles a partir de que el otro las concibe de esa forma. No se puede pensar en un mayo francés pero se puede pensar en comprar la moral de un secuestrador con 1.000.000 de pesos.
Me doy cuenta que sé muy poco de casi todas las cosas, sin embargo los libros me han mostrado la historia, la duda, las revoluciones y me han mentido también bastante. Pero después de tanto mirar la biblioteca, de masticar la impotencia mientras sonaba el disco del flaco con esa voz aguda diciendo: “quién resistirá cuando el arte ataque”, no nos queda más que confiar en el arte y en la calle que le dio su origen y su fuerza; y salir con la literatura para que nadie se resista a gritar ¿Dónde está?
Debo confesar que ayer lloré acostado pensando en que después de treinta años a Julio López posiblemente lo hayan torturado de nuevo. ¿Qué sensación volvió del pasado y recorrió su piel?. No soy capaz de imaginar que pudo pasar por su mente cuando alguien se lo llevaba a la fuerza. Me doblega pensar en qué cosas le susurraron al oído.
Sin Julio no hay presente posible, no hay futuro de cambio, no hay margen en el río ancho. Ni el estado, ni el gobierno, ni la nevada maravillosa de los otros días y mucho menos la nevada mortal del “Eternauta” van a ser capaces de que las cosas cambien; no existirá nunca una figura individual, un héroe capaz de llevar a cabo una transformación colectiva. “el único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, el héroe solo” escribiría antes de desaparecer Oesterheld. No somos capaces de cambiar las cosas solos, no tenemos la fuerza, ni la inteligencia, ni la mano tan pesada.
Un año sin Julio López.
¿Cómo dejar de llorar y hacer algo?
Algunos dicen que no hay posibilidades de cambiar ciertas realidades sociales, que pensar en un cambio sustancial en esta época es imposible. Y yo digo que son cosas imposibles a partir de que el otro las concibe de esa forma. No se puede pensar en un mayo francés pero se puede pensar en comprar la moral de un secuestrador con 1.000.000 de pesos.
Me doy cuenta que sé muy poco de casi todas las cosas, sin embargo los libros me han mostrado la historia, la duda, las revoluciones y me han mentido también bastante. Pero después de tanto mirar la biblioteca, de masticar la impotencia mientras sonaba el disco del flaco con esa voz aguda diciendo: “quién resistirá cuando el arte ataque”, no nos queda más que confiar en el arte y en la calle que le dio su origen y su fuerza; y salir con la literatura para que nadie se resista a gritar ¿Dónde está?
Juan
Esto me pasa a mi!
¿Qué te pasa a vos?
¿Qué te pasa a vos?
Remitido por Acorazado de Bolsillo
La Plata - Prov. Bs. As. - Argentina
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