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Señor Daniel Galatro:
¿Tiene un minuto? Si lo tiene le cuento una historia.
A comienzos de febrero, Cristina, una buena amiga mía, me regaló "Nicolás Olivari, poeta unicaule" de Bernardo Koremblit. El libro llevaba tiempo en la biblioteca de mi amiga -una gran lectora- y fue comprado en La Plata, en una librería de viejo. Al obsequiármelo, destacó que el libro estaba dedicado, un detalle que me gusta mucho de ver en los libros usados, ya que nos transforma en testigos de antiguas historias, generalmente de amor y amistad. Luego los libros cobran vida propia y como los sentimientos, muchas veces siguen su propio camino.
Aprovechando las vacaciones de invierno me puse al día con varios libros, y ayer comencé a leer el de Koremblit. Y volví a ver la dedicatoria, que le transcribo:
"Para Rodolfo Falcioni, quien, por su gimnasia intelectual, leerá sin anestesia este libro un tanto paroxismal pero legítimo en su intención literaturaterápica. Con el saludo y la amistad de........ Mayo de 1.963" (la firma es ininteligible)
Con pesar admito que era completamente ignorante de la persona y obra del Dr. Falcioni, y tuve la inquietud de "guglearlo" Quien me desasnó fue usted, ya que leí su reseña del blog "La Plata en cuerpo y alma"
Tanto Cristina como yo tenemos inquietudes literarias, ella en su blog "Diversiones Públicas"
http://diversionespublicas.blogspot.com/
y yo en "La Menor Idea"
http://marcelo-lamenoridea.blogspot.com/
En La Menor Idea tengo un personaje llamado "El Hurgador de Libros" que pasa sus días en las librerías de viejo, y de paso intenta algunos actos de justicia poética. Por ejemplo una vez se encontró una versión de "Rayuela" con un sello de la biblioteca de una escuela secundaria, y al advertirlo fue hasta el establecimiento educativo con la intención de devolverlo. Allí se enteró que había sido descartado porque le faltaba una página, lo que causo desazón no solamente en El Hurgador sino también en los lectores del blog. Es la hora de la revancha. Nos preguntamos si Ud., que bien conoce la obra de Falcioni, tiene contacto con alguno de los parientes del Doctor, con el objeto de entregarle un libro que les pertenece y tal vez esté dedicado por una persona que es del conocimiento de la familia.
Creemos fervientemente en la justicia poética, y un libro obsequiado a alguien que escribió "El hombre olvidado" no puede ser arrastrado, como decía Borges, por los glaciares del olvido. En síntesis, Don Daniel: el destino nos está reclamando que intervengamos.
Ojalá lo hayamos convencido de la justicia de nuestra causa!
Cordialmente
Marcelo Suárez
guiacafe@gmail.com
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Estimado Marcelo:
Visto y considerando que la causa la entiendo tan justa como deseaste convencerme y lo lograste,
y que cuando el destino reclama algo no debemos desoírlo así como así,
te cuento...
Rodolfo Falcioni era un profesor de la escuela Normal nro. 1 de La Plata allá por la década del 50, si no me equivoco. Pero su nombre trascendió a los medios fuera de las páginas literarias de los diarios cuando para la inolvidable película "Los Monstruos" se utilizó uno de sus cuentos como base argumental de un episodio.
En fin, que hubo un inesperado reclamo de Derechos de Autor que se cubrió creo que sin muchas vueltas con un puñado de dólares que resultó satisfactorio.
Imagino la sorpresa de los productores italianos del film que encontraron ese cuento en un ignoto libro de un ignorado escritor de una lejana ciudad llamada "La Plata" allá en medio de las pampas argentinas. Habrán supuesto que quienes llegaban a Italia a reclamar derechos vestidos con elegantes trajes a la moda europea se los habrían puesto luego de quitarse las plumas y los taparrabos, y de librarse de las rayas multicolores que, según ellos, seguramente decoraban sus rostros ante una situación de litigio como la que se había presentado. Por supuesto, a pocos minutos de iniciar la negociación habrán tomado conciencia de que el grupo argentino estaba integrado por intelectuales del mejor nivel internacional.
Rodolfo Falcioni no ha sido aún reconocido como el notable escritor que era. Y lo demuestra tu ignorancia previa sobre su existencia, lo que no constituye una falla en vos sino en quienes te debieron haber enseñado en la escuela no solamente las obras de Cervantes, Shakespeare o Borges sino también tenían la obligación de poner en tu conocimiento juvenil a escritores de tu ciudad, de tu región, etc.
No tengo relación con la familia Falcioni. Es por eso que respondo aquí el amable mail firmado explícitamente por vos, Marcelo, pero supongo que implícitamente también por Cristina. Esto hará que quizá Juanito, el arquitecto, o los muchachos de la Escuela de Arte de Berisso, o cualquiera de nuestros otros amigos seguidores de este blog que tienen programas de radio o de televisión en la región lo comenten y así pueda llegar el pedido a los que deberán convertirse en destinatarios del libro.
Gracias por confiar en que podía yo intervenir en la investigación y de que mi ayuda podía resultar útil. Espero que así sea y les pido que no me dejen afuera de las novedades que se vayan produciendo. Intentaré abrir más caminos para que ello ocurra. Porque El Hurgador merece que sus esfuerzos tengan de tanto en tanto la satisfacción de algún hallazgo digno, justo, equitativo y saludable como sería éste.
Un abrazo afectuoso y esperanzado.
Daniel Aníbal Galatro
dgalatrog@hotmail.com
PD: Rescato además una reflexión sobre algo que también notaste. Como si Falcioni hubiese visto a la distancia qué sería de él en el futuro, escribió una novela que alguna vez fue casi un best seller: El Hombre Olvidado. Quizá sabía bien que los argentinos tenemos una memoria muy frágil para con lo argentino. Cosas que tiene esta vida, ¿verdad?
Algunos libros de Falcioni que andan por el mundo:
La puerta del infierno
Editorial: Buenos Aires : Ediciones Culturales Argentinas, 1979.
A través del espejo
Editorial: Buenos Aires : Ediciones Culturales Argentinas, 1960.
Las máscaras
Editorial: [La Plata] : Distribuidora Editorial Losada, 1952.
La casa sitiada : pieza en tres actos
Editorial: [Buenos Aires?] : Ediciones La Calle 38, 1954.
El hombre olvidado
Editorial: Buenos Aires : Librería Hachette, [1958]
y Editorial: Buenos Aires, Juan Goyanerte [1971]
Como la mariposa alrededor de la lámpara, y otros cuentos.
Editorial: Buenos Aires [sic], J. Goyanarte [1971]
Educación para la salud.
Editorial: La Plata, Editora Platense, 1969.
DG