Dos leones huyeron de un circo.
En la huída cada uno partió con rumbo diferente.
Uno fue para el monte y el otro para el centro de la ciudad.
Los buscaron por todos lados, y nadie los encontró.
Después de una semana y para sorpresa de todos, volvió el león que había rajado al monte.
Regresó flaco, famélico y afiebrado.
Fue reconducido a la jaula.
Pasaron tres meses y nadie se acordó del león que había ido para el centro de la ciudad hasta que un día el león fue recapturado y llevado al zoo.
Estaba gordo, sano, desbordante de salud.
Al ponerlos juntos, el león que huyó para al monte le pregunta a su colega:
-¿Cómo estuviste en la ciudad tanto tiempo y regresás tan bien de salud? Yo que fui al monte, y pese a la época de veda, no hay un solo bicho para morfar. Muerto de hambre, decidí entregarme.
El otro león le explicó:
-A mí me pasó todo lo contrario. Estoy en Argentina, me dije. Voy a ir a un lugar donde difícilmente me busquen y me escondí en la Municipalidad de Corrientes. Cada día me manducaba a un funcionario y nadie advertía su ausencia.
-¿Y por qué te pescaron?... ¿Se acabaron los funcionarios?
- Nada de eso... Los funcionarios públicos nunca se acaban. Sucede que cometí un error gravísimo. Ya había comido a 20 Asesores, 8 Directores, 5 Coordinadores, 22 Secretarias Privadas, 20 Gremialistas, 15 Jefes de Hogar, y nadie notó que habían desaparecido. Pero el día que me comí al Ordenanza que se encarga de servir los chipá y el mate... y se pudrió todo.!!!!!!
(Enviado por Paco desde Madrid, con sus deseos de buen fin de semana.)
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